El entrenamiento de respiración con niños proporciona un extraordinario beneficio mejorando su rendimiento físico y mental. Desde muy temprana edad, los niños comienzan a interactuar con otros niños y mayores adquiriendo patrones de pensamiento y hábitos inconscientes que inciden en la aceleración de su proceso respiratorio o hiperventilación y falta de consciencia. Eso provoca que algunos sean muy inquietos, nerviosos, hiperactivos o tengan dificultades en su concentración. El descuido, las distracciones, el ruido constante y el continuo ajetreo de sus mentes en parte esta dirigido por la calidad y el control de su respiración. Ya que ellos no pueden apercibirse de esto, de ahí, surge la necesidad que empleemos un tiempo enseñándoles a respirar nasalmente de forma diafragmática. A continuación detallo algunos ejercicios simples muy efectivos.
Practica respiratoria sencilla
1) Cada día basta con que nos sentemos con ellos unos minutos y que coloquemos la mano izquierda tres centímetros debajo del ombligo y la derecha encima del ombligo, inhalemos y exhalemos con ellos durante 4 ó 5 minutos para que tomen, poco a poco, consciencia de su proceso respiratorio. Tienen que aprender a pararse, detenerse unos instantes y ser conscientes que algo muy importante para ellos les acompaña a cada instante, la respiración.
2) Otro ejercicio más avanzado consiste en colocar uno o dos libros semipesados sobre el ombligo y mostrarles como se elevan los libros con cada inhalación y como bajan lentamente los libros con la exhalación lenta y prolongada. Esto les ayuda a observar y grabar el movimiento diafragmático en su cerebro.
3) Prestamos atención a nuestros conductos nasales. Primero comprobamos si tienen los dos conductos nasales despejados sin mocos y con libre circulación de aire. En el caso de estar un conducto o ambos están obstruidos, disolveremos sal del himalaya en agua caliente y aplicamos sobre uno de los orificios con el otro tapado. Una vez ambos orificios están despejados, taponaremos un orificio e inhalaremos por el orificio contrario y exhalaremos por el que teníamos taponado (de forma alternativa). Esto lo haremos durante 3 a 5 minutos para que los niños se familiaricen con la respiración alternativa nasal.
4) Finalmente, podemos hacer un ejercicio de consciencia respiratoria que ayudará a los niños a rebajar el volumen y la intensidad de su respiración llevándolos a estado de consciencia más relajado y armónico.
Empezamos poniendo el dedo índice a dos centímetros por debajo de la nariz justo encima de la comisura de los labios superiores. Seguidamente, inhalaremos y exhalaremos con el niño relajadamente sintiendo el aire que se vacía sobre el dedo índice. Notamos como el aire exhalado acaricia suavemente el dedo luego llevamos una respiración muy sutil y tranquila. El propósito del ejercicio con los niños es que disfruten acariciando su dedo índice con la respiración y noten como el aire que sale de la nariz es suave y les da un ligero masaje sobre el dedo haciendo que se sientan muy bien y relajados.
Si conseguimos que los niños persistan en la práctica respiratoria crecerá en ellos el poder de la tranquilidad, la concentración y la atención sobre las tareas que realicen, además mejorará su bioquímica celular y su protección natural ante posibles inflamaciones o ataques de patógenos.
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