Relación entre respiración y estados mentales

Existe una estrecho link entre cerebro y respiración, uno afecta al otro, nuestro estado mental habla la calidad de nuestra respiración.

La respiración tiene el poder de estimular la capacidad de crear y estimular nuevas conexiones en el cerebro. Cuando oxigenamos el cerebro a través de la respiración intensificamos y expandimos los estados de conciencia.

Veamos diferentes estados mentales y su profunda conexión con la respiración:

Un primer estado de mente agitada está representado por la inconsciencia total y patrones mentales muy obsesivos. El sujeto mantiene todo el tiempo una respiración en forma de lucha, intensa, superficial y caótica, en el que prima por lo general una inconsciencia respiratoria e hiperventilación que desemboca en patologías diversas.

Un segundo estado en el que la mente vaga de un sitio a otro, no consigue centrarse, pasa de la risa al enojo con facilidad (este es un estado muy extendido socialmente).  Está caracterizado por la ansiedad síntoma de una  respiración desacompasada. Durante este estado mental el sujeto usa solo una porción mínima de los lóbulos pulmonares superiores. Al respirar los hombros se elevan debido a que es una respiración torácica y superficial. Aquí, el sujeto tiene al enojo, inquietud  y sensación de impermanencia. En este caso se fuerza un tipo de respiración pesada que  consume grandes cantidades de energía y poco oxígeno es entregado con éxito a las células, tejidos y plasma sanguíneo. Hablamos de una respiración superficial, rápida y descompasada. Es proclive al estrés, respuestas automáticas que magnifican la tensión muscular y la fatiga en hombros, cuello, contracturas y frecuentes resfriados, alergias, cansancio general, desconcentración, hiperexcitación, sobresalto y tendencia al miedo.

Tercer estado, la mente se caracteriza por su contradicción, es decir, algunas veces el individuo se encuentra concentrado y muchas veces pierde la concentración, no hay ecuanimidad en los procesos mentales del individuo. En este caso, la respiración es errática, rápida y superficial y se concentra en la parte superior de los pulmones. Otras veces, la respiración se torna más calmada y refleja un estado más tranquilo y sereno.

Cuarto estado, la mente es capaz de concentrarse y  entrar en meditación de forma calmada. Aquí, la respiración puede ser abdominal, core muscular o pélvica  que masajea  músculos abdominales a través del movimiento acompasado del diafragma. En este caso, el sujeto activa la totalidad de los lóbulos pulmonares en especial las partes bajas de los pulmones. El corazón es menos presionado permitiendo un mayor flujo circulatorio en el hígado, bazo, páncreas, riñones y estómago. Esta respiración consciente permite regular y fortalecer las conexiones del sistema nervioso estabilizando los canales de energía y histamina. Las clínicas emplean este tipo de respiración como tratamiento en pacientes hipertensos, asmáticos y con apneas de sueño.

Por último, existe un estado de total dominio de la mente y subconsciente caracterizado por una respiración de mucha calidad, tranquila acompasada, que permite conectar el cuerpo con estados superiores de meditación profunda, alta concentración y sensación de apertura y plenitud. Para alcanzar este nivel de calidad respiratoria es preciso entrenar miles de horas la respiración y un control a través de técnicas cruzadas del subconsciente y conciencia.  Es un estado mental de alta eficiencia donde el sujeto es vigilante con su respiración y es capaz de optimizar el gasto energético  a la mínima expresión. 

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