Cada célula de nuestro cuerpo necesita recibir oxígeno (O2) eficientemente. Cuando el O2 no es bien suministrado todos los procesos metabólicos de las células son distorsionados y comprometidos. Si esta circunstancia se repite durante un periodo largo de tiempo, a buen seguro, existirá algún tipo de inflamación interna con síntomas.
La calidad de nuestra salud celular va a depender de como respiremos durante el día mientras hacemos tareas cotidianas. Muchos deportistas pro practicantes aeróbicos y anaeróbicos procuran seguir su ritmo respiratorio controlado mientras realizan ejercicio físico. Sin embargo, la mayoría de ellos obvia vigilar su respiración el resto del día mientras trabajan o realizan otras actividades. De forma que están desconectados de su respiración, no son plenamente conscientes de su importancia y su poder. Es claro que con el trabajo deportivo el cuerpo genera un mayor flujo respiratorio por lo que se intensifica la demanda de O2. Por lo general, el problema es que el deportista mientras entrena no realiza correctamente el intercambio gaseoso entre el O2 y el dióxido de carbono (Co2). Para una correcta respiración deportiva es necesario previamente instaurar y normalizar una correcta respiración las 24h/día en conjunción con el trabajo aeróbico y anaeróbico durante la sesión de entrenamiento. Si esto no ocurre el deportista inconscientemente resta salud celular y aumenta la producción de radicales libres en su cuerpo.
Por tanto, si se es deportista, adulto, adolescente, anciano o niño, una de las prioridades en la vida debería ser descubrir el poder de la respiración y sus enormes beneficios para la salud celular y el efecto positivo en la transformación humana y por ende como energía vital conectada a todo lo que nos rodea.
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