De acuerdo con un estudio publicado en el The Journal of Applied Physiology of Medicine todos los 101 pacientes que realizaron pruebas de asma presentaban una hiperventilación crónica con unos 15 litros de aire inhalados y exhalados por minuto equivalente a unas 2,5 veces más que la norma médica que se sitúa en unos 6 litros por minuto. Los asmáticos presentaban elevados niveles de estrés y ansiedad con un sistema de alerta y emergencia muy activo que debilitaba su sistema inmunológico. Se unía un elevado volumen respiratorio resultante en hipocapnia respiratoria que significa bajas concentraciones de CO2 en los alveolos pulmonares.
Entre los asmáticos y hiperventiladores una deficiencia de CO2 causa una excitación en el nervio Cholinergico afectando a las fibras motoras de los músculos esqueléticos localizados en los bronquios generando una vasoconstricción en los canales aéreos.
Publicaciones y manuales de fisiología hablan de la necesidad de rebajar el nivel de hipoventilación incrementando los niveles de CO2 y dilatando las vías aéreas. En esta línea, se encuentra el trabajo del Doctor Buteiko que descubrió que la sobre respiración era la principal causa principal del asma bronquial lo que provocaba una constricción de las pasajes aéreos mermando la capacidad inmunológica de los afectados. En estos casos, el sistema inmunológico es muy sensitivo al ataque de los virus, bacterias y patógenos procedentes del aire y de los alimentos.
En suma, debido al efecto de la hiperventilación el sistema inmunológico del asmático se vuelve muy sensible y absorbe más cantidad de polen en suspensión, pelo de animales, polvo. Además, generan mucho moco que reduce sus pasos aéreos y aumenta la sensación de ansiedad, pánico y constricción de las vías aéreas.
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